La “isla de la calma”, un paraíso natural protegido
Menorca es mucho más de lo que se ve: una isla cosmopolita, con un legado histórico único y una fuerte personalidad que impregna todas sus manifestaciones culturales. Fuente constante de inspiración artística, el patrimonio cultural de la isla se disfruta todo el año. Ya sea por tierra, aire o mar, la isla ofrece un montón de posibilidades con las que disfrutar del paisaje, el clima, la calma y la sal mediterránea enganchada a la piel.
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